lunes, 5 de diciembre de 2011

GRACIAS NORMA

Por bancártela como una reina, por no dejar de trabajar, por vivir tu vida y dejarnos vivir la nuestra como pudimos. Porque no fuiste la madre que todo el mundo esperaba que fuera, una madre sufrida, quejosa y en mi caso sobreprotectora. Tampoco es que me abandonaste, sino que me acompañaste siempre respetando mis decisiones, desde que dije que me iba a estudiar a Buenos Aires, con todo lo que eso implicaba, con todas las cosas que dijeron de ustedes “que me estaban sacando de encima” entre otras pelotudeces. Porque cuando te quedaste sola te la seguiste bancando. Porque me seguís acompañando en cada locura que se me ocurre, a mi y a todos. Porque nunca preguntaste más de la cuenta. En síntesis, porque no sos la madre que tu madre esperaba que fueras, sos la madre que yo necesitaba que fueras.

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