El mar, cualquier mar del mundo, es como una bestia que casi siempre se lleva todo lo que puede. Pero a veces devuelve cosas que ni siquiera se había llevado. El mar te sorprende, te saca y te da, a mi me pasa eso en Mar del Plata, por ejemplo. Si bien la ciudad no esta demasiado adaptada todavía, esta mejor que antes, tiene otras cosas que la hacen, para mi, mágica. La cultura marplatense, que no son los tontos que van a hacer plata en el verano, es muy buena, hay que buscarla, hay que saber donde ir, por ejemplo, en la bancaria siempre hay algún espectáculo bueno para ver o en los centros culturales. Pero volvamos al mar que como Santa Rita, te da y te quita. El mar me ha quitado un par de cosas, pero me dio muchos amigos, entre otras cosas que no vienen al caso. Por eso vuelvo, así que me despido de ustedes por lo menos hasta febrero, porque uno nunca sabe lo que la bestia tiene preparado.
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