Está muy mal desearle la muerte a
alguien. Igual yo no le desee la muerte…se murió solito. Y parece que sufrió
poco, así que tengo la conciencia tranquila. El no creo. No obstante, hasta el
peor hijo de puta, hace algunas cosas buenas. A Don Julio le debemos un campeonato del mundo y dos subcampeonatos. Mejor dicho bajo su gestión pasó
esto. Fueron casi 40 años, pasó por todo Don Julio y con todos hizo algún
negocito. Ahora tenemos una oportunidad para que las cosas empiecen a cambiar
algo en el fútbol argentino. Ya algo cambió, pero no alcanza. Igual él se ocupó
de inventar un club que le dejó a Humberto, su hijo mayor. Ojalá que la
presidencia de la AFA no sea hereditaria. Chau Julio…no te voy a extrañar.
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