A nosotros, los que hemos pasado por alguna facultad
de psicología, nos inculcan la importancia de ponernos en el lugar del otro.
Ahora mi pregunta es: ¿esto vale para todo en la vida? Mi respuesta clara y
contundente es: no. Esta respuesta me la dio, hace muchos años, una
psicoanalista que se dedicaba a la política. Me dijo “lo que pasa es que ponerte en el lugar del otro es un trabajo, mientras vos estás haciendo ese trabajo el
otro, que no estudió psicología, te pisa
la cabeza. Porque el otro no tiene que hacer ningún trabajo. El otro está
bárbaro donde está”. Esto vale para un montón de
cosas, no sólo para la política. Yo no
me quiero poner en el lugar de un violador o de un asesino u otros casos,
quizás no tan drásticos, pero de gente hincha pelota… que hay un montón. Yo me
quedo en mi lugar, que ya bastante
trabajo me da pero es mi lugar.
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