Cuando uno se va a un lugar mítico casi nunca sabe la verdad de lo que paso en ese lugar. Allí, en Santa Clara, el doctor Guevara o comandante o el Che libro la ultima batalla de la Revolución y lo hizo con una pala mecánica y un par de torpedos, sin matar a casi nadie. Lo más impresionante es estar en su tumba debajo del monumento. Una enorme estatua que mira al sur de América. Esos ojos enormes nos están mirando, nos están vigilando y a lo mejor por primera vez están orgullosos del continente.
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