miércoles, 12 de octubre de 2011

Un buen verano

Creo que mi familia va a entender algunas cosas cuando lean esto. Era Octubre, había un encuentro de integración por el arte, así se llamaba (creo que fue lo mejor que hizo Felipe Sola). Ese fue el último encuentro, después vino el diluvio. Pero voy a hablar de otra cosa. Fuimos a Mar del Plata con mi vieja y Jorge, el chofer. Me anote como siempre en la clase de María José Vexenat y ella fue la que me dijo “vos bailas con Mirta”. Mirta era flaca y alta, tendría unos treinta y cinco años. Bailamos juntos los cuatro días que duro el encuentro, pero hasta ahí no había pasado nada mas. Nos pasamos los mails, en aquella época era lo único que había, no existía el facebook, ni twitter ni nada. A mi ella no me parecía muy interesante. Un día me manda un mail y me dice que le gustaría venir a Junín (ella era de La Plata) yo un poco sin pensarlo, le di el teléfono de mi casa y le dije que venga cuando quiera, pero como le podría haber dicho “esta lloviendo”. El miércoles siguiente llamo por teléfono y atendió mi vieja, yo veía como se le transformaba la cara a mi pobre madre, es que Mirta le estaba diciendo “el fin de semana estoy ahí”. No la conocíamos, la habíamos visto cuatro días un rato, no sabíamos quien era. ¿Que hacíamos?. Teníamos la quinta de fin de semana, como para no meterla en casa, por suerte es amplia. Llego el fin de semana y llego Mirta (en este caso no de regreso). Dijo que ella quería bailar conmigo, dijo que era separada, dijo que tenía un hijo. Salimos a bailar al parque, mi vieja se había ido a la ciudad. Estaba bailando y de repente me come la boca de un beso, yo pensé “bueno esto será parte del baile” pero volvió a pasar, ahí me dije “no boludo, esto no es parte del baile, acá pasa otra cosa” y pasaron muchas cosas. Paso el fin de semana y Mirta se fue a La Plata. Yo en enero iba a Mar del Plata como todos lo años y ella a Miramar a vender artesanías. Así que tuvimos un par de encuentros allá en la costa. Pero bueno, el verano paso, y como en Marzo me invito a ir a un encuentro en La Plata, al que fui con Jorge. Cuando llegue me dijo “tenemos que hablar” ahí me di cuenta que el verano había pasado y ella también. Igual le agradezco el buen verano que pasamos. Perdón a algunos por no contar esto antes, igual se dieron cuenta… no me jodan!.

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