miércoles, 13 de junio de 2012

Archi

En el 91 acababan de eyectarme de la carrera de abogacía. Yo estaba mal, entonces Saul, un primo me dijo que tenía un amigo que era dueño de un criadero de setter irlandeses y que quería regalarle un cachorro, pero él no lo quiso porque no podía tenerlo. Me preguntó si yo lo quería. Después de deliberarlo, porque los setter no tenían buena reputación, decidimos que sí. El problema fue que mientras tanto ya le habían puesto un nombre: Archival. Era irlandés… correspondía ese nombre, también tenía dos apellidos irlandeses que no recuerdo. Pero para nosotros y para él siempre fue Archi… era mas simple. Al principio fue resistido por el barrio, pero con el tiempo se fue adueñando de los vecinos. Abría la puerta y se iba por ahí, una vez lo vieron comiendo huesos en Mastromauro, otra por el Hotel Central, el tipo era callejero por mas papeles y apellidos que tuviera. Nunca sabremos si fue padre, calculo que si, en alguna calle con una perra cualquiera… como debe ser. Pero siempre volvía, pasó el tiempo cada vez la vuelta era mas corta. Me acompañó toda la carrera de psicología. A los 14 años le dio un ataque de estómago, entre otras cosas. Aguantó un mes justo, me dio tiempo para elegir un lugar en la quinta donde lo enterramos, al lado de la calle,como corresponde.

4 comentarios:

  1. Acabo de leer esta entrada. Más o menos por la misma fecha que vos la subiste yo escribí esto q ahora t transcribo. Será esa conexión que tenemos.
    "En la casa de mis abuelos vivía también mi bisabuela, mi tío y un perro. Mi abuelo murió, mi bisabuela no, el perro si, mi tío no, mi abuela es joven. El perro era un cetter alemán y de mi tío. Tenía una cola larga y dura que movía todo el tiempo. Cuando pasaba entre la gente repartía coletazos a diestra y siniestra. Se llamaba Archibaldo, le decíamos Archi.
    cuando llegaba mi abuelo él se paraba en 2 patas y le apoyaba las delanteras en los hombros, como si le diera una palmada. Así parado se me representaba como un amigo, un par, de mi abuelo que lo había estado extrañando y le daba la bienvenida. Una vez, cuando mis abuelos estaban de viaje, mi papá le fue a dar de comer, cuando escuchó que se abría la puerta saltó y lo tiró al piso. Imagino que lo confundió con mi abuelo.
    Archi sabía abrir las puertas, saltaba y le pegaba al picaporte, lo mismo a las que había que empujar que a las que había que tirar. Ninguna puerta podía con él, ni hablar de la puerta de calle. Pasaba mucho tiempo afuera. A veces cuando yo volvía caminando a casa él me acompañaba, se quedaba un rato descansando en la puerta de casa y después volvía a su casa. A veces también salía solo, daba vueltas un rato y después volvía. Cuando llegaba a la puerta simplemente esperaba hasta que alguien le abriera, por que lo buscaba o por casualidad. Pero otras veces también, los vecinos que ya lo conocían cuando lo veían se acercaban a tocar el timbre para que supiéramos que había vuelto y simplemente seguían su camino. Esas veces era como si él mismo se tocara timbre.
    A mi no me gustan los perros, pero éste no era un perro. Era el perro."

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    1. Tu bisabuela es highlander! Tu tio es joven también que te pario!!!. Hermoso lo que escribiste.

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