miércoles, 26 de septiembre de 2012

Buena leche

Antonio Tortoriello era lechero, no tuvo una vida fácil. Quedo huérfano aproximadamente a los cuatro años.  Al poco tiempo empezó a trabajar como boyero. Los padres le habían dejado, a él y a sus hermanos, un pedazo de campo,  así que de eso vivieron. Cuando se casó eligió, del pueblo de al lado de sus padres, a una tana. Antonio, mi abuelo, vendió  leche  con un carro casi toda su vida, mi viejo lo ayudaba hasta que se mudaron a la ciudad. Puso un bazar, quiosco y esas cosas. Se levantaba todos los días tipo seis de la mañana, tomaba unos mates y abría el negocio. Eso lo hizo hasta el último día. Una noche se acostó a descansar en su cama y descanso. Todo el barrio lo quería, parece que vendía buena leche.

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