lunes, 12 de mayo de 2014

Irina

Martín siempre estuvo ahí para ayudarme,  esa vez también. Mi viejo acababa de morir, ese día había discutido con mi vieja por una pavada pero estaba hecho pelota,  y llamó Martín. Me dijo que tenía que ir a Gesell porque había sido elegido como padrino de Irina y me volvió el alma al cuerpo. Así que allá fuimos. Es hermosa. Aunque no la veo tanto como quisiera, yo sé que está y ella sabe que yo estoy. También sé que está Martín aunque discutamos, somos muy cabezas duras los dos.


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