En esta época de sinceramiento, yo declaro solemnemente:
“vuelvan a mentirme por favor!”. Si esto
es la realidad, falta de trabajo, violaciones de derechos constitucionales,
aumento de todo, yo prefiero la mentira. Por suerte no soy el único. Cada vez
más gente, aún los menos pensados, están recordando que cuando vivíamos en la
mentira la pasábamos mejor. Supongamos que era todo mentira, pero había más
trabajo, se cumplía al menos con los derechos laborales básicos, y la mayoría
llegaba a fin de mes. Es verdad, los jubilados no ganaban nueve lucas, los
maestros no hacían paro jamás, tampoco llovían dólares como ahora… pero
estábamos un poco mejor. Tal vez esté algo confundido, es que caí en la
escuela pública, sepan disculpar!
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