viernes, 25 de febrero de 2022

El ángel y el rubí

 

Cuando la conocí estaba en un momento complicado para mí. La asistente anterior estaba yéndose y yo, que ya no buscaba una pareja estable, me encontré de golpe con una mujer impresionante: alta, rubia, abundante por todos lados y muy simpática, era casi un ángel y me llevó al cielo desde el primer encuentro. 

Pero el viaje recién empezaba. Hemos estado en el cielo, en el infierno y en un montón de lugares que sólo están en la fantasía. Porque eso es parte de su trabajo, hacer realidad las fantasías. Siempre y cuando esté de acuerdo y los ángeles, casi siempre, están de acuerdo.

Cumplir las fantasías de sus clientes es solo una parte de todo lo que hace, porque ella como otras (pero no tantas) hacen mucho más. Cuando está conmigo no solamente se trata de trabajo sexual, también es AT, enfermera, psicóloga y a veces cantante. Si es necesario bañarme ella despliega sus alas y con una fuerza sobrenatural me levanta, me lleva al baño y me baña. Yo voy como flotando.

Alguien podría decir que lo hace por plata y es verdad, pero hay cosas que ella hace que otra gente no haría aunque le pagaran y tampoco está mal. Hay quienes no pueden o no quieren o no saben. Ella sí. Además con el tiempo, hemos podido crear una relación que va un poco más allá de la plata, si bien la plata está presente, hemos logrado una relación de confianza y de afecto.

Dije que es abundante y es abundante. Entre las cosas que más me gustan de ella están sus grandes senos, (esos lo saben) también su cola me encanta, aunque es un poco más esquiva, cuando se entrega es mágica. Ella es más que su cuerpo, ella tiene alma y a veces el alma se escapa por su boca, entonces canta y seguramente los otros ángeles están celosos, porque además según cuentan, los otros ángeles no tienen sexo, ella sí.

Es muy culta, le gusta leer, escribir y ama a los animales. Es simple y sofisticada al mismo tiempo, como una piedra preciosa, como un rubí.

Ella, la que no puedo nombrar (como buena deidad es innombrable) no es mi pareja, no es mi mujer, no es mi amor, simplemente es mi placer (de todas maneras, yo creo que en cada polvo hay algo de amor).

Además, como buena deidad puede cambiar de apariencia, puede cambiar su color de pelo, entre otras cosas, pero aunque cambiara totalmente de apariencia, siempre aparecerían sus alas de ángel y su brillo de piedras preciosas.



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